sábado, 7 de abril de 2012

Interdisciplina y Arqueología


Es frecuente que los trabajos arqueológicos se denominen como multidisciplinares, aludiendo al uso conjunto de diversas ciencias en la interpretación de los datos obtenidos en los yacimientos. Así, se usan los propios de la Arqueología, Paleontología (fósiles, endomoldes, etc.), Demografía, Paleoclimatología, Geología, métodos de datación (físicos, químicos y biológicos), Biología evolutiva, Genética y otras muchas que, en diferentes medios, lugares y periodos, se han usado en la interpretación del registro arqueológico.

Sin embargo, tal agrupación de ciencias, aunque parece abrumador por la amplitud de sus contenidos, muchas veces no llega a conclusiones verdaderamente integradoras (interdisciplinario), quedándose en la mera enumeración de datos de escasa articulación entre ellos, o con unos lazos de unión subjetivos pero con poco fundamento. En el caso del estudio del simbolismo y la cognición humana en el Paleolítico el problema se acentúa mucho más, pues las ciencias que más relación tienen con estos problemas (Neurología, Psicología, Neuro y Psicolingüística, Ciencias sociales, etc.) son utilizadas muy rara vez, o con una articulación metodológica muy débil. Parece lógico que exista una buena acomodación metodológica entre las formas teóricas de estas ciencias, pero ¿sabemos realmente lo que esto significa?

La forma de trabajar con estas directrices, tan inusuales en nuestros medios académicos, tiene unas características propias.

- En principio hay que delimitar qué ciencias vamos a usar, lo que siempre hay que debe ser adecuada, ni que sean tan pocas que dejen de constituir un estudio interdisciplinar, ni demasiadas que harían prácticamente imposible asumir muchas teorías y formas científicas relacionadas con el estudio que se trate. Nadie nos puede decir cuales serían las adecuadas en tema y número, por lo que sería nuestro primer reto. En el tema del simbolismo y/o la cognición humana parece que como mínimo deberían ser la Arqueología, Biología evolutiva, Genética, Neurología, Psicología, Neuro y Psicolingüística y Ciencias sociales en general, pues de una forma más o menos directa todas estarían relacionadas con la conducta humana.

- Muchas de estas ciencias presentan, dentro de su cuerpo doctrinal, generado a lo largo de su evolución histórica, diversas teorías más o menos opuestas o parecidas. Pero ninguna de ellas tiene la suficiente comprobación teórica como para desbancar a las demás, o por lo menos alcanzar un nivel predominante. El principal problema que se nos plantea es que para poder realizar tal proceso hay que conocer las diversas tendencias teóricas que existen en cada ciencia, lo que es realmente difícil. Esta dificultad es el primer y principal obstáculo que encontramos en el uso de la interdisciplinariedad en la Arqueología y, casi seguro, en todos los demás problemas a los que queramos aplicarla.

- La elección de una u otra tendencia teórica de las que puedan existir dentro de cada disciplina, va a depender del grado de correlación o comprobación que se obtenga con las demás ciencias. El fin primordial es alcanzar un buen consenso teórico entre las tendencias académicas de cada ciencia y entre todas las disciplinas que hayamos elegido. Así, la elección no depende de nuestro criterio o de la influencia parcial de una determinada ciencia (subjetividad), sino del conocimiento adecuado y de la acomodación teórica entre ellas. La correcta acomodación interdisciplinar es un fundamento que da más fiabilidad a cada una de las ciencias utilizadas.

Es en este sentido cuando aparece en verdadero concepto de la interdisciplinariedad, que como podemos imaginar ha sido muy poco usado en Arqueología. Podríamos definirla como la búsqueda sistemática de integración de las teorías, métodos, instrumentos, y, en general, fórmulas de acción científica de diferentes disciplinas, a partir de una concepción multidimensional de los fenómenos, y del reconocimiento del carácter relativo de los enfoques científicos por separado.   

La siguiente pregunta podría ser: ¿Es esto posible en la Arqueología?  

En cierto modo hay diversos autores que sí han realizado trabajos interdisciplinares, aunque muy pocos con las ciencias que mencionadas al principio. La elección y uso de las mismas queda muchas veces limitada por la gran dificultad que entraña el introducirse en campos doctrinales ajenos al propio, y no sólo una vez, sino varias veces. Aunque se reúnan diversos autores de cada ciencia, estos deben de tener un suficiente conocimiento de las demás disciplinas, para que el trabajo en conjunto tenga un mínimo de fluidez teórico y poder llegar a conclusiones válidas. Analizaré brevemente las diversas tendencias teóricas de estas ciencias, en relación con su posible utilización interdisciplinar con la Arqueología.

* Biología evolutiva. En apariencia pudiera ser donde más consenso pudiera haber, es donde se inicia la diferenciación teórica. Por supuesto las diferencias no se centran en la aceptación o no de la teoría de la evolución, sino sobre los mecanismos de variación morfológica. Tales mecanismos dependen las mutaciones genéticas sobre los diferentes tipos de genes (funcionales y reguladores), y sobre las diversas formas de expresión genética que tienen lugar durante el desarrollo embriológico. Los mecanismos de cambio morfológico de origen heterocrónico y embriológico solo se están teniendo en cuenta muy recientemente.
Es muy común admitir que los procesos evolutivos son la consecuencia de cambios progresivos y adaptativos, por lo que todo cambio debe representar una ventaja adaptativa que haga que se mantenga generacionalmente. El axioma es totalmente válido, pero no recoge toda la realidad evolutiva. Su principal problema radica en su propia sencillez y fácil asimilación de su enunciado, pues salvo los dedicados a la Biología evolutiva, es muy útil para cualquier explicación sobre el desarrollo arqueológico, psicológico y neurológico, aunque los postulados recientes de estas tres ciencias no estén plenamente de acuerdo en la exclusividad de dicha forma evolutiva.
Por otro lado otros autores siguen diferentes criterios de cambio morfológico. Es ampliamente conocido la forma de los equilibrios puntuados, en la que los cambios pueden ser más rápidos, no todos tienen por qué ser en principio adaptativos, y hay que considerar el valor adaptativo del conjunto de los cambios en el sujeto como individuo y como miembro de una sociedad que le va a apoyar. Esta segunda dirección teórica explica muchas de las características conductuales humanas como mecanismos evolutivos de carácter exaptativo (psicológicamente podrían corresponder con las emergencias cognitivas). Hay que recordar el aspecto de mosaico en la evolución humana, por lo que el cerebro pudo tener un proceso evolutivo diferente al que modificó otras partes del cuerpo, incluso que ambas tendencias se produjeran en diferentes fase en el mismo órgano.

* Arqueología. Con su aplicando parece que todo está ya dicho sobre la evolución, y que deben ser los datos arqueológicos los que se deberían acoplar a su enunciado. El problema es que la Arqueología se empeña en mantener ciertos criterios opuestos. Es el caso de la famosa sapient paradox” expuesta por Renfrew (2008) y que sin duda requiere otra explicación.
Aparte de las consideraciones teóricas a favor de una u otra orientación evolutiva, creo que el registro arqueológico y los recientes datos de la Neurología y Psicología deben de decir algo sobre el desarrollo histórico de los cambios morfológicos,

* Neurología. La concepción sobre la realidad neurológica humana ha cambiado mucho en estos últimos años, pues se ha desarrollado un nuevo consenso sobre la realidad del cerebro humano. Este es concebido como un órgano con características muy dinámicas en su funcionalidad cerebral. Depende mucho de la información externa para su definitiva configuración, así como para su mantenimiento funcional (simbólico o no). Tanto es así, que la exclusión temporal de la entrada de estímulos sensoriales produce en pocos días unas graves alteraciones cognitivas. Al nacer es muy inmaduro, pero su definitiva organización funcional (psicológica, simbólica y cultural) depende de la cualidad de los estímulos que recibe dentro de un periodo crítico. Estos mecanismos (plasticidad neuronal, periodo crítico, dependencia sensorial externa) se correlacionan perfectamente con el modelo evolutivo de las exaptaciones, siendo claves para entender la forma y las características que van a condicionar la evolución cognitiva y cultural humana, donde la influencia del medioambiente tiene un papel predominante.
 Así lo han entendido arqueólogos ingleses en el Instituto McDonald para la Investigación Arqueológica de la Universidad de Cambridge, donde se inició una conferencia en septiembre de 2007, dedicado al tema "Arqueología se una a la neurociencia. Se publicó una edición especial en la revista Philosophical Transactions of theRoyal Society, donde se plasmaron los contenidos de la misma. Este volumen contiene una mezcla heterogénea de las ideas actuales y la investigación de la filosofía, la psicología, la antropología y la arqueología. La selección de los trabajos es diversa y la reunificación disciplinaria es relativamente nueva, careciendo aún de un marco unificador, es decir, de un trabajo interdisciplinario. La falta de elaboración de un modelo que aplicar al registro arqueológico puede ser la causa de que sus ideas no tengan el desarrollo y la expansión académica que se merecen.

* Psicología. Las teorías sobre el funcionamiento psicológico humano han sido diversas a lo largo de su evolución histórica. De las más aceptadas en la actualidad todas contemplan a la evolución biológica como la causa del desarrollo cognitivo humano. Sin embargo, existen orientaciones teóricas divergentes. La llamada Psicología evolucionista es un claro exponente de una teoría opuesta a otros modelos como la Psicología cognitiva: procesamiento de la información. La primera contempla una evolución lenta y siempre selectiva, con lo que da gran importancia a los procesos de carácter innato (módulos cerebrales y cognitivos). Mientras que la segunda ahonda más en los procesos exaptativos y emergentes, con un protagonismo mayor en las condiciones medioambientales. La elección, en función de la conexión adaptable de la interdisciplinariedad, debe realizarse con la Neurología, Arqueología y Ciencias sociales.   

* Ciencias sociales (Antropología social, Sociología y Demografía). Las relaciones humanas siempre han pesado mucho en la explicación de la evolución cultural, afectando a todos sus aspectos (desarrollo psicológico, lingüístico, sociocultural, etc.). Aunque existe consenso sobre su importancia, no todos ven el inicio y el desarrollo de la variación conductual como dependiente de las características ambientales en general. En este aspecto, destacan las socioeconómicas (Hernando, 1999) y demográficas (Shennan, 2001) de las poblaciones en donde se producen tales cambios. Cuanto más desarrollados estén y mayor sea la población que interactúa, mayor sería el desarrollo cognitivo y cultural.

* Lingüística. Todos están de acuerdo en la importancia que el lenguaje ha tenido en la evolución cultural humana, pero no sobre la forma y el momento en la que se inició y actuó, ni por supuesto la importancia que tienen en la formación del pensamiento, simbolismo y autoconciencia de los seres humanos, es decir, de los aspectos neurológicos y psicológicos del lenguaje. Sobre todo nos interesa los aspectos neuro y psicolingüísticos del lenguaje, más que la simbolización de los pensamientos a las formas sonoras (habla), gestos (lenguaje de gestos o signos) o cualquier medio que pueda recoger simbólicamente un pensamiento y poder ser entendido por los demás.
La unión interdisciplinar, siguiendo los preceptos indicados al principio, constituye una forma de estructuralismo, que por el uso de los conocimientos psicobiológicos puede denominarse como estructural. Podemos ver un resumen en el siguiente cuadro.


De esta interdisciplinariedad habría que deducir un modelo sobre el inicio y desarrollo de la conducta humana (lo que Renfrew echaba de menos en su trabajo del 2008), el cual pueda ser aplicado a la interpretación de los datos arqueológicos. Pero el modelo debe valer para problemas concretos y no sólo ser una explicación genérica sobre la evolución cognitiva humana.

Un modelo con estas características ha sido desarrollado y expuesto en este blog (estructuralismo funcional), así como su aplicación a diversos problemas arqueológicos. Sin embargo, puede leerse un trabajo realizado según esta metodología en el artículo de la revista Zephyrus (Rivera, 2010). 

* HERNANDO, A. (1999): “Percepción de la realidad y Prehistoria, relación entre la construcción de la identidad y la complejidad socio-económica en los grupos humanos”. Trabajos de Prehistoria. 56:2, p. 19-35.
* SHENNAN, S. (2001): “Demography and Cultural Innovation: a model and its implications for the emergence of modern human culture”. Cambridge archaeological journal. 11: 1, p. 5-16.

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