sábado, 13 de septiembre de 2014

De la teoría a la práctica de la Arqueología cognitiva

Una de las vías de interpretación usadas en la Arqueología ha sido el Estructuralismo. Su fundamento teórico se centra en el intento de elaborar valoraciones generales que poder aplicar a los datos particulares de cada yacimiento. Intenta realizar una interpretación objetiva, pues el sujeto que se analiza (seres humanos de la prehistoria o actuales) no es importante, dado que ambos están determinados por esas características comunes que encauzan las acciones de la sociedad, y el que lo estudia (antropólogo, arqueólogo, etc.) tampoco, pues sólo intenta descubrir los códigos comunes que le lleven a entender la percepción de la realidad del grupo observado (Hernando, 1999).


Da a entender la necesidad de crear un modelo teórico común a todos los seres humanos, pero independiente de los aspectos particulares de la cultura de cada momento. Esto puede realizarse por medio de un estudio limitado a aquellos factores comunes o estructurales propios de nuestra especie, que pueden aplicarse a los seres humanos actuales y a los que desarrollaron las culturas del Paleolítico. Las características relacionadas con la Biología Evolutiva, Neurología, Psicología, Antropología social y Lingüística, organizadas dentro de la interdisciplinariedad, ofrecen un panorama fácilmente identificable con un estructuralismofuncional, es decir, con la base funcional sobre la que se va a desarrollar nuestro pensamiento y conducta, siendo común en todos los seres humanos. No obstante, la forma en que esta percepción y procesamiento de la realidad va a dar lugar a la construcción socioeconómica y cultural, puede ser distinta en los diferentes grupos humanos que conocemos.

Hay que comprender que las formas anatómicas y fisiológicas de percepción de la naturaleza (los cinco sentidos gusto, tacto, olfato, audición y visión), y su procesamiento en el cerebro humano, son iguales para todos los de la misma especie. Pero cada grupo social, de cualquier especie humana en un tiempo y espacio determinado, puede ir creando una estructura social y personal diferente. La estructura básica (cerebro y sentidos) es común, pero la forma en que se perciben los estímulos y su procesamiento varía constantemente, naturalmente dentro de los límites que la neurofiología permita. Lo que en un principio es común, en su desarrollo se iría diversificando. En este sentido se ha desarrollado la Arqueología cognitiva basada en un Estructuralismo funcional de la características psicobiológicas del cerebro humano.

De la teoría a la práctica

La Arqueología cognitiva siempre ha tratado de comprender la conducta humana, y para ello ha utilizado aquello que sus diversos autores consideraban adecuado. Los resultados son prometedores, pero en general son tratados como algo diferente del cotidiano quehacer del trabajo arqueológico, pues tratan de problemas generales que se escapan de los concretos que los yacimientos plantean. Se realizan conclusiones muy amplias sobre la evolución cognitiva humana, se aplican teorías de diversas ciencias, pero casi nunca se utiliza las normas de la interdisciplina, dando una impresión de cierta precariedad en el desarrollo teórico y más aún en su aplicación a los datos del registro arqueológico. El tema ya tratado en este blog puede leerse en la entrada de Teorías y métodos de la Arqueología cognitiva.


Para que la Arqueología cognitiva sea práctica hay que superar la fase teórica y ofrecer a los arqueólogos unas claras premisas, derivadas del Estructuralismo funcional, que sirvan para analizar la conducta humana en todas las épocas. Este el propósito de esta entrada, mostrar las premisas sobre las que he analizado la conducta humana en el Paleolítico. Partimos de una condición básica en la conducta humana, siendo que ésta siempre tiene cierto carácter simbólico, ya sea en el lenguaje que la hace posible, el manejo cognitivo de los conceptos utilizados en ella, o el propio tema y fin de dicha conducta. Podemos considerar tres grandes apartados.

Sobre las conclusiones evolutivas de nuestra género

- La evolución biológica nos va dotando de unas capacidades funcionales innatas (capacidades cognitivas elementales o básicas) de origen evolutivo como son la memoria, funciones ejecutivas (memoria de trabajo, planificación, flexibilidad, monitorización e inhibición) atención, motivación, creatividad, razonamiento, percepción, etc. Su repercusión en la conducta no sólo depende de su potencialidad efectiva, sino del desarrollo de las mismas (desarrollo cognitivo) (Vygotsky 1979; Baquero 2004). Es decir, tomando como ejemplo la informática y salvando las numerosas diferencias, tenemos las capacidades (el hardware) pero hay que desarrollarlas (crear y aplicar el software adecuado).

- Cuando la evolución neurológica sea adecuada y las características ambientales adquieran el nivel suficiente puede producirse la manifestación de nuevas capacidades de naturaleza sociocultural, las cuales sólo existían como potencialidad. Son las capacidades cognitivas emergentes o superiores (p. e. la conducta simbólica, la autoconciencia, lenguaje, escritura, etc.) (Baquero 2004; Vygotsky 1979). Para un desarrollo cognitivo emergente es necesario alcanzar unos determinados niveles de desarrollo demográfico, socioeconómico y tecnológico (Tomasello 2007; Ardila y Ostrosky-Solís 2008; Malafouris 2008; Renfrew 2008).

- Cualquier acción individual o social incluye un componente emocional (Ardila y Ostrosky-Solís, 2008). Por tanto las capacidades cognitivas tienen un carácter racional y emocional, estando íntimamente interrelacionadas.

- La existencia de un lenguaje (primera conducta simbólica) es condición necesaria, aunque no suficiente, para la formación, desarrollo y transmisión de todas las conductas simbólicas. Entendemos por lenguaje humano cualquier intento de transmisión social de aquellos procesos que hayamos podido simbolizar por cualquier medio (sonoro, gesticular, visual, etc.), con la intención de realizar acciones comunes. Así, el pensamiento, la conducta y el lenguaje son tres vertientes del mismo proceso psicobiológico que va a caracterizar a los seres humanos. De la información del registro arqueológico (conducta) podemos realizar inferencias sobre las características del pensamiento y lenguaje. Las conductas básicas, con las que podemos comprobar arqueológicamente los niveles de evolución del pensamiento y lenguaje, son la individualidad social y personal, así como su relación con los conceptos temporales y espaciales.


En definitiva, heredamos evolutivamente las capacidades cognitivas que posibilitan nuestra conducta, pero lo hacemos no como realidades plenamente funcionantes desde el nacimiento, sino que hay que entenderlas como potencialidades que hay que desarrollar por medio de un medio ambiente adecuado, el cual ha tenido que ser creado por las sociedades humanas a lo largo de muchas generaciones.

Sobre aspectos concretos del desarrollo conductual

- Los conceptos que van a configurar la conducta humana en todos sus niveles deben adquirirse de la observación del medio ambiente en el que viven, tanto de la propia naturaleza, de las características sociales de los grupos humanos y de todo el acervo cultural que se pueda transmitir de generación en generación. En este aspecto destaca sobre todo el lenguaje, al que hay que añadir cualquier otro soporte de información (manifestaciones gráficas, ritos, mitos, escritura, etc.).

- El desarrollo socioeconómico y demográfico de cada población es fundamental para su diferenciación social e individual (autoconciencia reflexiva). A su vez, el desarrollo de la autoconciencia (social, personal socializada, personal independiente) conlleva al desarrollo tecnológico y simbólico de las poblaciones que logren alcanzar un nivel adecuado, pudiendo establecerse una correlación entre ambos procesos. El desarrollo conductual siempre estaría ligado al desarrollo demográfico, social y cultural.

- Las características medioambientales (demográficas, socioeconómicas, tecnológicas, etc.) siempre son diferentes en cada tiempo y lugar. El global desarrollo histórico de la evolución cultural y simbólica es un continuum con aspecto de heterogeneidad temporal y espacial, que adquiere el aspecto de mosaico en los aspectos cognitivos como culturales.

- En este continuum se producen diversos estados intermedios, pues depende de varios factores interconectados (capacidades y desarrollo cognitivos, lenguaje previo, medioambiente sociocultural, etc.). De ellos podemos tener conciencia de su existencia, pero no de sus precisas características.

- La evolución cultural y simbólica es acumulativa, pues en su desarrollo utiliza anteriores conceptos (simbólicos o no) más elementales, pero imprescindibles para toda evolución cultural. Para su logro es necesario estabilidad demográfica que facilite su perduración, transmisión generacional y progreso.

- Los componentes básicos de la conducta simbólica humana que constituyen su evolución cultural y cognitiva son la individualidad social y personal o autoconciencia (adornos, presencia de pinturas, arte, etc.), y los conceptos del tiempo (conducta mediada por procesos temporales) y del espacio (conducta dependiente del factor geográfico).

Aplicación de estos conceptos

- Es necesario crear un modelo de desarrollo cultural a lo largo de la evolución del género Homo. El continuum y la obligada utilización del acervo cultural de cada especie nos indican que hay que buscar siempre tales antecedentes, pues aunque no se conozcan siempre existe una continuidad.

- La forma en que tales conceptos (individualidad, tiempo y espacio) se desarrollan puede ser diferente para cada grupo humano, pues las posibilidades de creación cultural pueden seguir caminos distintos. De este modo, lograrían diversas poblaciones humanas el desarrollo de las capacidades cognitivas superiores con algunas diferencias importantes entre ellas, mientras que otras no pueden hacerlo.

- Tales caminos y logros sólo pueden conocerse por medio de los datos que nos aportan los yacimientos arqueológicos, que son un reflejo de la conducta de los humanos que vivieron en tales lugares. Si con el tiempo y nuevos descubrimientos se producen cambios sustanciales en los datos a interpretar, se procedería a realizar una nueva interpretación de los mismos con los premisas de la Arqueología cognitiva.

- Toda conducta simbólica tendría un proceso creativo paulatino, que iría desde la forma más sencilla y elemental a la más compleja. Por tanto, lo más característico de su expresión en los momentos de inicio, correspondería a formas con un desarrollo muy elemental, con falta de elementos complejos y determinantes claros, produciéndose así dudas sobre su propio contenido simbólico.

- En la creación de las conductas simbólicas complejas, no existe una rígida cadena de logros consecutivos, por donde los grupos humanos deban ir pasando sucesivamente en el intento de elaborar las condiciones precisas para producir una conducta moderna. La creación y desarrollo de cada uno de los componentes elementales y necesarios para su creación, puede irse desarrollando de manera independiente, de diferente forma y con mayor o menor rapidez en su producción, dentro de las diferentes poblaciones humanas existentes en ese momento, pudiendo o no confluir en un determinado tiempo y lugar.

- Durante el inicio del período de formación simbólica no hay por qué inferir otros elementos simbólicos, de los que no tengamos ningún testimonio arqueológico, sólo por la posibilidad teórica de su existencia.

Sin embargo, aunque el desarrollo de toda forma conductual simbólica debería ser anterior a su posible representación simbólica por medio de un determinado objeto, la confirmación de todo proceso simbólico se obtendrá sólo con el hallazgo de elementos arqueológicos que puedan confirmar tal manifestación. La perduración o generalización del mismo será igualmente confirmada por el debido encuentro de elementos simbólicos que lo justifiquen.

- Para analizar el simbolismo de un objeto o una conducta determinada, debemos estudiarlo dentro del contexto sociocultural al que pertenece, y no inferir conclusiones que pertenecen a períodos diferentes o más recientes.

- La creación de un fenómeno sociocultural de base simbólica no siempre perdura en el registro arqueológico, pues necesita la existencia de una base social que garantice su mantenimiento y transmisión generacional dentro de la población. En los diversos lugares donde se vayan produciendo las condiciones para el desarrollo de un sistema de comunicación de estas características, puede irse viendo la producción de elementos culturales con una mayor carga simbólica, como soluciones a determinados problemas de variado matiz (ambiental, social, técnico, etc.), persistiendo y aumentando dichas características como confirmación del mantenimiento de la población y de su desarrollo lingüístico.

- En el momento de simbolización de una determinada abstracción, puede utilizarse elementos existentes en el contexto donde se produce tal fenómeno. De este modo, tal elemento u objeto pudo tener un significado diferente conocido por todos, tomando a partir del consenso social sobre la nueva función simbólica un significado añadido o diferente. Así, el elemento físico con un significado simbólico ampliamente usado en el tiempo, no tiene porqué tener el mismo significado de representatividad abstracta, pues en determinados momentos o períodos puede cambiar de simbolismo.

La utilización de estas premisas sobre el desarrollo de la conducta simbólica tiene gran importancia metodológica, pues nos pueden ayudar a comprender el desarrollo cultural dentro de unos límites lógicos, basados en los datos que la Arqueología y la Paleontología nos ofrecen sobre las propias características de los seres humanos y de sus actuaciones.

Trabajos realizados y publicados

- Exposición del método.
Nueva vía metodológica en el estudio de la conducta humana, por medio del desarrollo de una síntesis elaborada con las aportaciones de varias ciencias relacionadas con los seres humanos (Biología evolutiva, Neurología, Psicología y Sociología). Tal síntesis ha dado lugar a un modelo psicobiológico sobre nuestro comportamiento en todas las fases de evolución cultural. Su aplicación al registro arqueológico permite una explicación de la conducta en todos sus periodos, pudiendo denominarse su actuación como Arqueología cognitiva.

- Estudio de la cognición entre HAM y neandertales.
Donde se analizan las diferencias de las dos poblaciones humanas que vivieron en Europa durante el inicio del Paleolítico Superior, desde un punto de vista cognitivo y cultural. La meta que se persigue es una mejor comprensión sobre la relación biológica que pudo existir entre ellos, así como las capacidades cognitivas que pueden deducirse de la conducta observada en el registro arqueológico. La síntesis de estos análisis nos puede aclarar, con un mayor poder explicativo, importantes aspectos sobre su diferente cultura y la definitiva desaparición del Neandertal.

- Análisis de la transición del Paleolítico medio al Superior.
La transición europea al Paleolítico Superior fue un complejo proceso del que se continua en constante controversia. Los datos arqueológicos, por sí solos, no logran aclarar convincentemente a la comunidad científica que los estudia. La Arqueología cognitiva, con la nueva metodología que aplica, puede aclarar muchas de las dudas que tal periodo plantea (Rivera 2009).

 - Racionalización del simbolismo. La muerte en el Paleolítico Medio.
El simbolismo es la principal característica de la conducta humana, pero sigue siendo desconocido en muchos aspectos. Se realiza un análisis estructural del simbolismo humano, por medio de una síntesis metodológica elaborada con las aportaciones de varias ciencias relacionadas con los seres humanos (Biología evolutiva, Neurología, Psicología y Sociología). Tal síntesis ha dado lugar a un modelo Psicobiologico sobre el comportamiento humano, que nos permite elaborar un método adecuado para el estudio del simbolismo, desde su origen hasta su plena manifestación con las características actuales. Posteriormente, se aplicaría a las conductas funerarias que se conocen del Paleolítico Medio de Europa, del Próximo Oriente y del MSA de Sudáfrica, para valorar la intencionalidad de los enterramientos, junto con el posible simbolismo asociado a ellos. También, se estudiará la antropofagia como forma de eliminación de los cadáveres en este periodo, intentando comprender si se realizaba como conducta de supervivencia o asociada a elementos simbólicos similares a los relacionados con los enterramientos (Rivera 2010).

 - LAS CONDUCTAS SIMBÓLICAS EN EL PALEOLÍTICO. UN INTENTO DE COMPRENSIÓN Y ANÁLISIS DESDE EL ESTRUCTURALISMO FUNCIONAL.
Se trata de estudiar las conductas simbólicas humanas en el inicio de su desarrollo (Auriñaciense y Chatelperroniense). Abarcaría las principales muestras de conducta simbólica (sociales, espirituales, religiosas, etc.), por medio de su representación arqueológica (adornos, grabados, pinturas, enterramientos, conductas sociales, etc.). Realizado junto con el profesor de la UNED Mario Menéndez (Rivera y Menéndez, 2011).

 * ARDILA, A.; OSTROSKY-SOLÍS, F. (2008): “Desarrollo Histórico de las Funciones Ejecutivas”. Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias, Vol.8, No.1, pp. 1-21.
* BAQUERO, R. (2004): Vygotsky y el aprendizaje escolar. Barcelona. Aique Grupo Editor.
* HERNANDO, A. (1999): “Percepción de la realidad y Prehistoria, relación entre la construcción de la identidad y la complejidad socio-económica en los grupos humanos”. Trabajos de Prehistoria.56 (2): 19-35.
* MALAFOURIS, L. (2008): Between brains, bodies and things: tectonoetic awareness and the extended self. Phil. Trans. R. Soc. B 363, pp.1993-2002.
* RIVERA, A. (2010): ”Conducta simbólica. La muerte en el Paleolítico Medio y MSA”. Zephyrus. Vol. LXV.
* RIVERA, A. y MENÉNDEZ, M. (2011): “Las conductas simbólicas en el paleolítico. Un intento de comprensión y análisis desde el estructuralismo funcional”. Espacio, Tiempo y Forma. Serie I Prehistoria y arqueología. Nueva época nº 4.
* RIVERA, A. (2009): “La conducta moderna en el Paleolítico superior inicial”. Espacio, Tiempo y Forma. Serie I, Prehistoria y Arqueología. Nueva época, 2.
- RIVERA, A. (2009):“La transición del Paleolítico medio al superior. El Neandertal”. ArqueoWeb 11.
* RIVERA, A. (2008): “Cognición y conducta de neandertales y humanos modernos”. Revista Portuguesa de Arqueología. Vol. 11(1): 5-32.
* RIVERA, (2004): “Arqueología cognitiva. Una orientación psicobiológica”. ArqueoWeb 6 (1). (UCM).
* RIVERA, A. (2003-2004): “La conducta simbólica humana: Nueva orientación metodológica”. Espacio, Tiempo y Forma. Serie I, Prehistoria y Arqueología, 16-17: 313-335.
* TOMASELLO, M. (2007): Los orígenes culturales de la cognición humana. Amorrortu. Buenos Aires.
* RENFREW, C. (2008): “Neuroscience, evolution and the sapient paradox: the factuality of value and of the sacred”. Phil. Trans. R. Soc. B 363, pp. 2041-2047.
* VYGOTSKY, L. S. (1979): El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Crítica. Barcelona.