viernes, 4 de diciembre de 2015

¿Cómo trabajar con la Arqueología cognitiva?

En general, todos los que han estudiado o leído lo suficiente sobre arqueología conocen, más o menos, las bases metodológicas utilizadas en su desarrollo interpretativo. La Arqueología tiene como principal meta el estudio de la evolución cultural, lo que ha realizado en todas las manifestaciones culturales que las diversas y sucesivas poblaciones humanas han ido creando a lo largo de toda su historia. Sin embargo, y sin que muchas veces sin darnos cuenta, sus estudios han estado limitados, pues con sus formas metodológicas tradicionales no se puede responder a todas las preguntas que aparecen en el análisis de los restos arqueológicas. Sus estudios se limitan a las siguientes cuestiones: qué es el objeto o conducta en estudio, de dónde proviene, cuándo se realizó, y quién pudo crearlo. De las preguntas sobre el porqué de su creación en ese momento y lugar, y del cómo se originaron y se trasmitieron, muy poco se ha avanzado. Las cuestiones relacionadas con la cognición de los creadores de las culturas prehistóricas son vagamente analizadas y, muchas veces, olvidadas.

Efectivamente, de la evolución cognitiva poco se ha hablado, estudiado y conocido. Y, sin embargo, es la evolución que nos hace personas, lo que sin duda representa un tema de gran interés para la ciencia y para todos nosotros, pues el conocimiento de lo que somos siempre nos podrá ayudar a mejorar nuestra conducta. La evolución cognitiva sería la causa última de todos los procesos creativos humanos, de su transmisión generacional, de su mantenimiento y desarrollo. En definitiva, la que nos hace personas con unas características propias y diferentes a las de los demás componentes de la sociedad. Su estudio recae en la especialidad arqueológica denominada como Arqueología cognitiva

Pero de la Arqueología cognitiva poco sabemos, ni de sus teorías ni de sus formas de trabajar. La causa fundamental no es otra que la gran dificultad que su estudio conlleva, pues obliga a conocer otras disciplinas que tradicionalmente no se estudias en los estudios universitarios de Prehistoria y/o Arqueología. Esto no quiere decir que no existan trabajos sobre esta especialidad arqueológica, sino que son muy escasos y, desde luego, fuera de la mayoría de los medios académicos. Lo principal que se echa en falta es el poder usar un modelo general sobre la evolución y desarrollo de la cognición humana. Sin él, todo son ideas un tanto confusas. En este contexto, he desarrollado un modelode evolución cognitiva, el cual nace de la unión teórica de los datos aportados por las diversas disciplinas, que nos van a ayudar en el estudio de la conducta humana en todas sus épocas (Estructuralismo funcional).


El concepto interdisciplinar del estructuralismo funcional se fundamenta en la acción coordinada de las características psicobiológicas, evolutivas y lingüísticas que existen en las diferentes especies del género Homo (Rivera 2009: Rivera y Menéndez, 2011). De este estudio interdisciplinar se han formado una serie de conclusiones que tienen una gran capacidad interpretativa de la conducta humana en todos los periodos de su historia, pero especialmente en el complejo periodo en el que formaron y desarrollaron sus capacidades cognitivas (Paleolítico). La importancia de su aplicación práctica es un proceso que hay que conocer y valorar.

Conclusiones sobre la conducta humana (Estructuralismo funcional)

I. – Respecto de las formas evolutivas de nuestro género.
- La evolución biológica nos va dotando de unas capacidades funcionales innatas (capacidades cognitivas elementales o básicas) de origen evolutivo como son la memoria, funciones ejecutivas (memoria de trabajo, planificación, flexibilidad, monitorización e inhibición) atención, motivación, creatividad, razonamiento, percepción, etc. Su repercusión en la conducta no sólo depende de su potencialidad efectiva, sino del desarrollo de las mismas (desarrollo cognitivo).
- Cuando la evolución neurológica sea adecuada y las características ambientales adquieran el nivel suficiente puede producirse la manifestación de nuevas capacidades de naturaleza sociocultural, las cuales sólo existían como potencialidad. Son las capacidades cognitivas emergentes o superiores (p. e. la conducta simbólica, la autoconciencia, lenguaje, escritura, etc.). Para este desarrollo cognitivo emergente es necesario alcanzar unos determinados niveles de desarrollo demográfico, socioeconómico y tecnológico (Vygotsky 1979; Tomasello 2007; Ardila y Ostrosky-Solís 2008; Malafouris 2008; Renfrew 2008).
- Cualquier acción individual o social incluye un componente emocional (Ardila y Ostrosky-Solís, 2008; Rivera, 2015), el cual tiene una importante base innata. Por tanto las capacidades cognitivas tienen un carácter racional y emocional, estando íntimamente interrelacionadas.

II.- Aspectos concretos del desarrollo conductual.
- La existencia de un lenguaje (primera conducta simbólica) es condición necesaria, aunque no suficiente, para la formación, desarrollo y transmisión de todas las conductas simbólicas.
- Los conceptos que van a configurar la conducta humana en todos sus niveles deben adquirirse de la observación del medio ambiente en el que viven. Su realización se produce de la propia naturaleza, de las características sociales de los grupos humanos, del acervo cultural que se pueda transmitir de generación en generación y de las propias conclusiones que, partiendo de los anteriores presupuestos, pudieron adquirir los humanos de ese periodo. En este aspecto destaca sobre todo el lenguaje, al que hay que añadir cualquier otro soporte de información (manifestaciones gráficas, ritos, mitos, escritura, etc.)
- El desarrollo socioeconómico y demográfico de cada población es fundamental para su diferenciación social e individual (autoconciencia reflexiva). A su vez, el desarrollo de la autoconciencia (social, personal socializada, personal independiente) conlleva al desarrollo tecnológico y simbólico de las poblaciones que logren alcanzar un nivel adecuado, pudiendo establecerse una correlación entre ambos procesos. El desarrollo cognitivo siempre estaría ligado al desarrollo demográfico, social, cultural y lingüístico.
- Las características medioambientales (demográficas, socioeconómicas, tecnológicas, etc.) siempre son diferentes en cada tiempo y lugar. El global desarrollo histórico de la evolución cultural, cognitiva y simbólica es un continuum con aspecto de heterogeneidad temporal y espacial. En este continuum se producen diversos estados intermedios, pues depende de varios factores interconectados (capacidades y desarrollo cognitivos, lenguaje previo, medioambiente sociocultural, etc.). De ellos podemos tener conciencia de su existencia, pero no de sus precisas características.
- La evolución cultural y simbólica es acumulativa, pues en su desarrollo utiliza anteriores conceptos (simbólicos o no) más elementales, pero imprescindibles para toda evolución cultural. Para su logro es necesario estabilidad demográfica que facilite su perduración, transmisión generacional y progreso.
- Los componentes básicos de la conducta simbólica humana que constituyen su evolución cultural y cognitiva son la individualidad social y personal o autoconciencia (adornos, presencia de pinturas, arte, etc.), y los conceptos del tiempo (conducta mediada por procesos temporales) y del espacio (conducta dependiente del factor geográfico). Todos estos conceptos tienen un desarrollo heterogéneo en el tiempo y en el espacio.
- El desarrollo cultural y cognitivo humano sólo pueden conocerse por medio de los datos que nos aportan los yacimientos arqueológicos, que son un reflejo de su conducta. Si con el tiempo y nuevos descubrimientos se producen cambios sustanciales en los datos a interpretar, se procedería a realizar una nueva interpretación de los mismos con los premisas de la Arqueología cognitiva.



El uso de todas estas conclusiones otorgan a la interpretación arqueológica unos aspectos sobre el porqué y el cómo de su producción que las formas tradicionales no son capaces de desarrollare. Su utilización estaría al alcance de todos, solo hay que tener la intención de realizarlo y, desde luego, abrirse conceptualmente a las nuevas vías de estudio de la Arqueología.

- Ardila, A.; Ostrosky-Solís, F. (2008): “Desarrollo Histórico de las Funciones Ejecutivas”. Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias, 8 (1), pp. 1-21.
- Malafouris, L. (2008): Between brains, bodies and things: tectonoetic awareness and the extended self. Phil. Trans. R. Soc. B 363, pp.1993-2002.
- Renfrew, C. (2008): “Neuroscience, evolution and thesapient paradox: the factuality of value and of the sacred”. Phil. Trans. R. Soc. B 363, pp. 2041-2047.
- Rivera, A. (2009): Arqueología del lenguaje. La conducta simbólica en el Paleolítico. Akal, Madrid.
- Rivera, A. (2015): “Arqueología de las emociones”. Vínculos de Historia, núm. 4, pp 41-61. UCLM.
- Rivera, A. y Menéndez, M. (2011): Las conductas simbólicas en el paleolítico. Un intento de comprensión y análisis desde el estructuralismo funcional. Espacio, Tiempo y Forma. Serie I Prehistoria y Arqueología. Nueva época nº 4.
- Tomasello, M. (2007): Los orígenes culturales de la cognición humana. Buenos Aires. Amorrortu.
- Vygotsky, L. S. (1979): El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Crítica. Barcelona.